AleaSoft ha subrayado que el sistema eléctrico actual ya no se parece al de hace dos décadas, al analizar la evolución del modelo energético español, donde el crecimiento de las energías renovables, el autoconsumo y la generación distribuida han transformado profundamente el panorama. Sin embargo, el desarrollo de las redes eléctricas no siempre ha acompañado con el mismo ritmo esta transformación.
Hoy, la necesidad de modernizar las infraestructuras, digitalizar la red y mejorar la planificación es urgente si se quiere alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable y estable en el futuro.
De un sistema centralizado a un modelo descentralizado
Hace veinte años, la electricidad en España se generaba en grandes centrales térmicas, hidráulicas o nucleares. Este modelo centralizado usaba una red de transporte diseñada para un flujo unidireccional: desde la planta hasta el consumidor. Pero el escenario actual es radicalmente distinto.
Hoy, la red debe gestionar millones de puntos de generación. Desde parques eólicos y fotovoltaicos hasta sistemas de autoconsumo instalados en tejados de viviendas y comercios. La proporción de electricidad renovable ha pasado de representar menos del 20% en 2004 a superar el 50% en 2024. El autoconsumo, antes anecdótico, cubre ahora el 3,7% de la demanda nacional.
Un crecimiento desigual entre redes y renovables
Aunque la red eléctrica ha crecido en tamaño, su evolución cualitativa no ha seguido el mismo ritmo que la revolución renovable. Nuevas líneas de transporte, subestaciones y conexiones internacionales se han añadido, pero muchas redes de distribución siguen siendo herencia del siglo XX.
Estas infraestructuras, pensadas para un sistema unidireccional, no están preparadas para gestionar flujos bidireccionales ni la intermitencia propia de las energías limpias. Y eso provoca tensiones en la estabilidad del sistema.
La inversión ha existido, pero no ha sido suficiente ni equilibrada. Se ha priorizado el refuerzo de las grandes redes de transporte, dejando rezagadas a las redes de distribución, las más impactadas por el auge del autoconsumo.
Nuevos retos para la protección del sistema
La protección de las redes eléctricas también ha debido adaptarse. La lógica de protección simple ha sido reemplazada por sistemas complejos, que deben detectar y gestionar variaciones de tensión y frecuencia, además de flujos en ambos sentidos.
El problema es que muchas redes aún carecen de protecciones avanzadas, lo que provoca una mayor inestabilidad operativa. No porque las renovables sean inestables en sí, sino porque el sistema no ha sido modificado para integrarlas correctamente.
Para evitar fallos, es clave invertir en automatización, almacenamiento y gestión inteligente de la demanda. Sin estos elementos, el sistema seguirá teniendo dificultades para garantizar una operación segura y eficiente.
¿Qué se necesita para mejorar el sistema?
Digitalizar las redes eléctricas es prioritario. Incluir sistemas de control remoto y herramientas de gestión en tiempo real permite operar con más flexibilidad. También es crucial actualizar los sistemas de protección para gestionar interrupciones breves y responder a flujos variables.
El almacenamiento energético, tanto a gran escala como en instalaciones domésticas, será decisivo. Este permite absorber los excedentes de generación, corregir desequilibrios y dar estabilidad a la red.
A todo esto se suma la importancia de una planificación energética coherente. No tiene sentido autorizar nueva potencia renovable si la red no puede absorberla o gestionarla adecuadamente.
También es clave fomentar la participación activa del consumidor en la flexibilidad del sistema, incentivando el uso racional de la energía según la disponibilidad de generación limpia.
La red, un actor clave en la transición energética
La transición hacia un sistema energético sostenible no depende solo de instalar paneles solares o aerogeneradores. Necesita una red capaz de integrarlos, distribuir la energía con seguridad y adaptarse en tiempo real a los cambios en la producción y la demanda.
Hoy, el sistema eléctrico español está en pleno proceso de cambio, pero para lograr un modelo 100% renovable y estable, hay que modernizar urgentemente las infraestructuras.
Herramientas de AleaSoft para apoyar la transición
AleaSoft Energy Forecasting ofrece herramientas clave para gestionar esta nueva realidad. A través de su división AleaBlue, proporciona previsiones de precios eléctricos a corto y medio plazo, esenciales para planificar la energía, elaborar ofertas, cubrir riesgos y tomar decisiones estratégicas.
Además, esta división elabora previsiones de demanda y precios en servicios de ajuste e intradiarios, fundamentales para optimizar el uso del almacenamiento energético.
Por su parte, AleaStorage se enfoca en evaluar la rentabilidad de proyectos de baterías y su integración en sistemas híbridos con renovables. También analiza distintos modelos de negocio vinculados al almacenamiento, lo que permite una gestión energética más eficiente y rentable.
El futuro es renovable… y digital
España se encuentra en una encrucijada energética. El camino hacia un modelo limpio, descentralizado y sostenible está claro, pero necesita redes eléctricas modernas y preparadas. No es solo cuestión de producir energía verde, sino de saber gestionarla.
Y para eso, como apunta AleaSoft, se necesita visión estratégica, inversión adecuada y un compromiso firme con la digitalización del sistema eléctrico.