La Fundación Instituo Roche define la bioimpresión como “un proceso mediante el cual se obtienen estructuras tridimensionales mediante la adición de capas de materiales biológicos, bioquímicos y células vivas”. Gracias a este tipo de procesos se pueden crear estructuras humanas complejas que ejercen las mismas funciones que las naturales.
La bioimpresión puede solucionar muchos problemas en lo que a trasplantes de órganos se refiere. Las listas de espera para recibir una donación son cada vez más largas, de hecho unas 20 personas mueren al día esperando a que les hagan un transplante. Las velocidad a la que se está trabajando en este campo y los buenos resultados que se están obteniendo son de lo más alentadores. Investigadores ya han sido capaces de imprimir un corazón, partes de un riñón o huesos.
Aun así, son estudios caros y de los que aún no se sabe mucho por lo que para algunos investigadores les puede parecer una apuesta arriesgada. A pesar de esto, ya existen diferentes tipo de bioimpresoras que se amoldan a las necesidades de cada caso. La más novedosa es la impresora de piel.
Investigadores de la Universidad de Ingeniería de Toronto han creado una impresora 3D de mano que funciona como un rodillo de pintura. Esta bioimpresora imprime células de piel directamente sobre heridas que hayan sido provocadas por quemaduras graves. Así, no hay necesidad de pasar por quirófano y someter a los enfermos a un trasplante de piel.
La impresión 3D de la piel consiste en recrear el tejido epidérmico utilizando biotinta compuesta por células de estroma mesenquimatoso, células madre que se diferencia en diferentes tipos de células según su entorno. Esta biotinta es dispensada por el rodillo directamente sobre la herida en forma de lámina y es capaz de adaptarse a cualquier tamaño o relieve.
Los autores de la investigación quisieron destacar que las heridas tratadas con este sistema «sanaron extremadamente bien, con menores tiempos de inflamación y cicatrización en comparación con las heridas no tratadas y las heridas tratadas con membranas de colágeno, una de las actuales alternativas a los injertos de piel.»
Este sería el primer dispositivo que forma el tejido en el momento. Aunque todavía esta impresora se encuentra en las primeras fases de desarrollo, los investigadores creen que puede «ser la solución al tratamiento de pacientes con lesiones por quemaduras que resultan demasiado extensas para cubrir con injertos de piel»