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jueves 1 de agosto, 2024

El diario de los lectores comprometidos

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«No se transmite que desde el emprendimiento se puede cambiar el mundo»

Lo que comenzó como un proyecto relacionado con la aeronáutica ha terminado siendo una solución para luchar contra el Coronavirus. La ambición, la determinación y las ganas de ayudar del equipo de Cedrion han sido más fuertes que las situaciones adversas a las que se han ido enfrentando, llegando a ganar el premio a la Mejor Iniciativa Contra la Covid-19

Gracias al espíritu inquieto de estos investigadores se ha podido desarrollar una caja del tamaño de un ordenador que logra desinfectar aulas enteras de Covid-19 en tan solo unos minutos. Y, aunque no ha sido un camino sencillo y ha habido varios giros de timón, este producto podrá estar listo para septiembre de este año. 

Enrique Medina Peinado es el CEO de Cedrion, un ingeniero sin pelos en la lengua que nos cuenta cómo comenzó el proyecto que él mismo reconoce “se ha ido de madre” en el buen sentido, qué dificultades se ha encontrado el equipo por el camino y cuál es la situación actual de las startups en España.

La historia de Cedrion muestra cómo es posible evolucionar, cambiar de sector y seguir creciendo. Como diría Enrique Medina : “No hay que tener miedo al fracaso”. 

En pocas palabras ¿cómo definiría Cedrion? 

Cedrion es una Startup que desarrolla tecnología propia basada en plasma. El plasma es el cuarto estado de la materia y nosotros generamos plasma frío. Cómo startup tiene una parte tecnológica muy importante. Generamos productos físicos y con tecnología propia. 

¿Cómo comienza a desarrollar la iniciativa?

La verdad es que nuestro caso es súper raro, nos hemos ido de madre. Mi socio es ingeniero de minas especializado en energías y se fue a Francia a realizar un máster, es allí donde conoce este tipo de tecnología relacionada con el plasma. Entonces comienza un proyecto, pero cuando acaba el máster vuelve a España y participa en un programa de la Universidad Politécnica. 

¿En qué consistía este programa?

Es un programa para nuevas ideas de negocio. Yo llevaba ya 4 años siendo mentor y allí nos conocimos. Total que a mí me pareció súper interesante y comenzamos a trabajar en ello. 

¿De esto cuántos años han pasado?

Pues sería junio de 2016. Estuvimos preparando el plan de negocio y acabó el programa. La verdad que el proyecto no obtuvo ningún premio ni nada. Pero seguíamos con el come come y a mi me parecía una idea muy interesante. Entonces dije venga, vamos a llevarlo a cabo. 

Enrique Medina junto con su socio Héctor Puago.

¿Por qué estaba tan convencido de desarrollar este proyecto fuera del concurso?

Porque, lo innovador de esta idea, es que generamos el plasma de una manera distribuida como en una especie de parrilla, esto te permite tratar mucho aire de una manera muy rápida y te permite mover el aire. Se llama viento iónico. 

Y, ¿qué es el viento iónico? 

Es muy parecido a un ventilador. Un ventilador lo hace con energía mecánica: En el ventilador se mueven unas hélices y genera una corriente. Nosotros lo hacemos directamente con electricidad. De aire generamos un viento. Las ventajas que tiene frente a los ventiladores es que es mucho más pequeño. Tiene la mitad de peso y la mitad de volumen y genera el mismo intercambio de calor que un ventilador. Empezamos a desarrollarlo en febrero de 2017 probándolo con drones.

¿Por qué con drones? 

Porque pensamos que teníamos que acercarnos a un sector donde se utilice la electrónica y el peso sea importante. La conclusión: la aeronáutica. Pero antes de probarlo en un avión decidimos hacerlo en algo más pequeño. Con esta idea conseguimos bastantes premios a nivel regional, posteriormente nacional e incluso europeo. Nos seleccionaron de la Agencia Espacial Europea y luego para llevar a cabo el proyecto estuvimos trabajando con Airbus para seguir desarrollándolo. Esto sucedió desde 2017 hasta principios de 2020.  

¿Cuál es el mayor reconocimiento que obtuvieron? 

Conseguimos el premio internacional Hello Tomorrow que es un ‘challenge’ muy importante a nivel internacional, al que se presentan startups de 120 países. Nosotros ganamos la parte de Aeronáutica con esta idea. 

Hablando de premios, también habéis conseguido el Premio a Mejor Iniciativa contra el Covid-19. ¿Cómo se pasa de la aeronáutica a la investigación en virus y bacterias?

Pues comenzamos a investigar con bacterias antes de la aparición del Coronavirus, con el tema de la carne mechada. ¿Te acuerdas?

Sí, fue muy sonado.

Pues la cosa es que en las zonas de cortes se generan biofilms, que son estructuras de bacterias. Estas estructuras se conectan entre sí y son 1000 veces más resistentes a los antibióticos que las bacterias en estado plancton. En este momento vimos un artículo de gente que estaba utilizando plasma para acabar con las bacterias de la Universidad de León. Pero, utilizaban el plasma más convencional así que, nos decidimos a ir a hablar con ellos y comentarles nuestro proyecto. Nos invitaron a asistir a la universidad y presentamos allí nuestra forma de hacer plasma. 

Pero, ¿en ese momento seguían trabajando en el mundo de la aeronáutica? 

Sí, pero a raíz de esta investigación decidimos desarrollar ambas cosas en paralelo. 

¿Cómo se distribuye la investigación? 

El 85% de nuestros recursos estaban destinados a la aeronáutica y el 15% a las bacterias. Íbamos mejorando el sistema para las bacterias, haciendo pruebas, más potencia y poco a poco combinando ambas. Y cuando ya estábamos preparados para comenzar el contrato con Airbus, llega el confinamiento. En dónde la parte de la aeronáutica se paraliza. Todos nos recomendaron ir a un ERTE pero a nosotros nos costaba mucho pensar que se iba a paralizar todo. Fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de comenzar a investigar con el virus. Si funcionaba con baterías por qué no con el virus. 

“España es una potencia en temas de sanidad y no hemos sido capaces de aprovechar esto como la cabeza tractora de la tecnología del país”

¿Cómo fue ese proceso de cambio, de reinventarse?

Abrimos dos vías de investigación. Por un lado, vimos qué se estaba haciendo con plasma y había algún indicio de que podía servir para el virus y luego participamos en retos y ‘challenges’ para ver si con nuestro tipo de tecnología podíamos ayudar en algo.

¿En cuáles?

Estuvimos en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid, participamos en el Emprenden Health. Así pudimos hablar con gente de Consejería de Salud, médicos y nos iban contando cuáles eran los problemas que tenían y nosotros les contábamos las capacidades que teníamos. Que éramos capaces de limpiar el aire. 

¿Cómo limpiáis el aire de un virus?

Tenemos dos sistemas por un lado un sistema que, conteniendo los iones en una caja del tamaño de un ordenador mueve el aire y lo limpia. Entonces, en un entorno cerrado con gente dentro permite que recircule mientras se está limpiando. El otro es abrir esa caja y que salgan los iones que cubren la habitación. Cuando la gente se va de la habitación la atmósfera queda cargada y así desinfecta todas las superficies.

¿Cómo realizaron las pruebas?

Para llegar a las conclusiones empezamos a hacer pruebas primero con las bacterias y después empezamos a probar con coronavirus, primero con el coronavirus del cerdo, porque es mucho más fácil. Vimos que tenía un buen resultado y conseguimos un contacto en el CSIC para hacer las pruebas con el de personas. Y los resultados fueron muy buenos en superficies con un 99,9% en 15 minutos en todos los materiales. 

Si recuerdas al principio de la pandemia lo que parecía más importante eran las superficies y ahora lo es el aire. Pero con el aire tuvimos un problema.

¿Cuál?

Que es muy difícil probarlo. Porque no hay bancos de pruebas capaces de probar los virus en aire, por lo menos este tipo de virus. Porque es un virus que enseguida se destruye.

Y, ¿cómo se realizaron las pruebas en aire?

Hemos diseñado el banco de pruebas y estamos haciendo esas pruebas en CSIC al final. Nuestro objetivo realmente es ser capaces de sacar el producto al mercado este septiembre. Pero queremos que sea un sistema que esté completamente probado.

“Lo que queremos es que ayude a acelerar la normalidad. El concepto que llevamos por delante que esto no vuelva a pasar”

Desde Cedrion, ¿cómo piensan que su lanzamiento podría cambiar la situación actual?, ¿en qué tipo de superficies se podría utilizar? 

Nosotros al ser pequeñitos tenemos que sacar una opción, no podemos sacar todas las que nos gustaría. En principio, para entornos donde haya gente habría que tener un solo sistema, estamos haciendo ya las pruebas para saber exactamente la superficie en la que puede actuar, estamos pensando en alrededor de 15 a 20 m2. Nuestro objetivo es que no vuelva a pasar lo de este invierno qué muchos niños han estado con las ventanas abiertas en pleno enero. Es cierto que no hemos conseguido hacerlo con toda la velocidad pero tampoco puedes desarrollar una cosa de cero en menos tiempo. Sobre todo si se quiere estar seguro de que funcione. 

¿Cuál consideran que es el mayor problema a la hora de comercializar el producto?

Uno de los problemas tenemos a la hora de llegar al mercado es que hay mucha publicidad engañosa. Empresas de ‘yo mato el virus’ pero en realidad no lo has podido probar en aire. 

¿Cómo creen que les puede afectar esto?

Puf, nos puede afectar muchísimo. Nosotros no vendemos a expertos. Al final se tienen que fiar de nuestra palabra. Ahí tendremos que ser capaces de convencer. Somos una empresa muy pequeña que, al final, estás compitiendo con gigantes gente que lleva muchos años en estos entornos. De todos modos nosotros lo que queremos es que ayude a acelerar la normalidad. El concepto que llevamos por delante que esto no vuelva a pasar. Qué un virus que se transmite por el aire no tenga esa facilidad, por lo menos en las aulas, y, desde luego, en quirófanos, centros sanitarios y atención primaria. Y para el transporte público también. Tener una calidad de aire que, por lo menos si hay otra pandemia, no sea por la calidad del aire que sea por otra cosa. 

Está hablando de la mejora en general de la calidad del aire.

Sí. Con Cedrion no acabas solo con virus y bacterias. Por ejemplo, también es muy importante para las personas que padecen alergias, acabaríamos también con ellas. 

“Nosotros empezamos con drones, no sé si es un fracaso, pero de los drones pensábamos ir a los aviones, luego pasamos a la alimentación con sistemas de desinfección para limpiar los cuchillos del jamón y ahora estamos luchando contra una pandemia” 

Hablando de darle otros usos, ¿desde la empresa se han planteado llevar este tipo de tecnología a otros lugares del mundo en los que un virus o una bacteria puede ser letal?

Sí, claro. Pero bueno, nosotros no acabamos con todos los virus, solo con aquellos que se transmiten por el aire. Lo que sí podemos hacer es llevar esta tecnología a entornos más desfavorecidos en los que haya hospitales de campaña y no se tengan tantos recursos. El sitio ideal, de hecho, es un hospital de campaña en entornos dónde tienes que generar un hospital de manera muy rápida. Al final nosotros podemos darles una manera de desinfectar sus entornos de forma rápida y sencilla. Y así, si hay que hacer una operación en un quirófano la habitación estaría desinfectada y no habría posibilidad de que se generará otra enfermedad a raíz de la operación. Pero, la verdad, es que es una cosa que me parece muy bonita y es algo que tenemos pendiente. Lo tenemos planificado pero para dentro de unos años. 

¿Se han puesto en contacto con alguna organización para presentarles su proyecto?

Nos hemos planteado meternos en este tipo de cuestiones, hablar con la ONU o con la Unidad de Defensa Europea. Pero al final tenemos que centrarnos un poco en lo que está pasando aquí. En su momento, estuvimos hablando con Dentistas Sin Fronteras para desinfectar las herramientas que utilizan. Al final con la caja de una manera muy cómoda y muy sencilla somos capaces de desinfectar material quirúrgico. 

Esto sería muy beneficioso, pero, ¿existiría este proyecto si no se hubiera dado esta situación pandémica?

Hubiéramos seguido en aeronáutica. Estaríamos desarrollando sistemas para enfriar aviones o coches que al final es lo que te da para vivir. Tienes que ser sostenible, no puedes vivir solo de sueños. De hecho, no se si hubiéramos llegado a los virus, estábamos probando con bacterias en la alimentación. No creo que hubiéramos tocado los virus. 

Entonces, ¿por qué no seguir por el camino de la aeronáutica?

Por un lado era querer ayudar y por otro es que lo que nosotros estábamos haciendo estaba congelado. Entonces o mandabamos a todos a casa o nos la jugamos a sentarnos a echar una mano. Al final es una mezcla entre necesidad y ambición.

“Ser funcionarios es algo bueno y necesario para un país, pero no puede ser el principal objetivo de los jóvenes. Algo estamos haciendo mal como país. Hay que animar a la gente a tomar riesgos y a mejorar el mundo”

¿Considera que se están valorando más este tipo de proyectos de carácter tecnológico tras la pandemia?

Pues no lo sé, hubo un momento en los que los sanitarios eran héroes. Bueno, todos los que trabajaban al pie del cañón eran héroes y mira por lo que está pasando ahora. No paramos de ver imágenes de gente sin mascarilla dándose abrazos, ya puede ser celebrando un partido de fútbol, una manifestación o un botellón. Yo espero que esta visión cambie y sobre todo que podamos aprovechar los Fondos Europeos, porque al final España es una potencia en temas de Sanidad y no hemos sido capaces de aprovechar esto como la cabeza tractora de la tecnología del país.

Puede explicar qué quiere decir con esto último.

Tenemos unos bancos muy potentes, tenemos Zara, tenemos Mercadona pero no tenemos este tipo de industria puntera. En la parte sanitaria, como tecnología puntera, se está desarrollando muy poco en España. Y la verdad es que es una oportunidad.

¿Una oportunidad para qué?

Para cambiar el concepto de país. La tecnología es algo que hay que desarrollar, es totalmente necesario y desde luego enfocado a la salud parece que son dos claves que encajan muy bien.

La caja de Cedrion para limpiar el aire.

Hablando de esto, a la hora de presentar el proyecto en diferentes lugares, ¿se han sentido menospreciados o alejados de ese mundo tecnológico?

Cuando te sientes alejado es cuando estás desarrollando la tecnología. Te acercas a mucha gente, a muchas empresas. Pides ayuda para hacer proyectos pilotos con ellos y la mayoría son largas o negativas. En ese aspecto seguimos siendo muy conservadores desde mi punto de vista. Claro, y luego está el tema de la financiación, obviamente no ha sido tan alegre y tan generosa cómo podría haber sido. Por otro lado, tampoco tenemos las herramientas suficientes.

¿Qué tipos de herramientas les han faltado?

Por ejemplo, para trabajar con el coronavirus necesitábamos laboratorios con los niveles de seguridad muy grandes o laboratorios muy caros y tampoco se ha invertido en la pandemia en generar este tipo de zona. En Madrid teníamos solamente dos y claro tenían muchísimo trabajo entre las PCR y las vacunas se estaba muy limitado el tiempo de uso. Tampoco se ha preparado a personal para dividirlo en turnos y poder utilizar más laboratorios, ni tampoco se ha invertido en más laboratorios para poder hacer un uso más amplio de ellos. Al final la gente tiene dos manos y una cabeza tampoco les puedes estar metiendo más horas de las que ya hacen porque no van y parece que eso no se ha entendido. 

¿Qué ha echado en falta?

Me hubiera gustado que hubiera habido más dinero para desarrollar, desde luego. Pero también que hubiera iniciativa para probar cosas, aunque muchas veces vayan a fallar. Que existiera el concepto de ‘vamos a invertir, aunque falle’ y por supuesto crear más centros. 

¿Cree que si hubieran tenido disponible el laboratorio de forma más constante o hubieran dispuesto de otro tipo de recursos podría haber desarrollado antes el proyecto? 

Sí, ya estaría en la calle. Hemos tenido unos retrasos enormes por temas de capacidad en cuanto a centros donde queríamos realizar las pruebas y por cuestiones de dinero, que no hemos conseguido hasta que no lo hemos levantado nosotros.

¿Cuánto tiempo podrían haber ahorrado?

Cuatro meses yo creo que sí.

¿Cuándo estaba previsto lanzarlo al mercado en un primer momento?

A ver, una idea de lanzamiento clara de mercado no teníamos porque necesitábamos hacer las pruebas que, no lo hemos conseguido hasta que no hemos parado dar vueltas. Pero si hubiéramos tenido más facilidades y los recursos que tenemos ahora, para principios de este año podríamos haber llegado, enero-febrero. 

¿En algún momento se han planteado tirar la toalla por no tener financiación?

Sí, el año pasado yo tuve 3 días de vacaciones y mi socio ha tenido cinco, y ha habido meses que no hemos cobrado los socios. Ha sido un año muy intenso.

¿Cuál sería el consejo que le daría a alguien que está pensando en lanzar una startup que esté relacionada con el mundo sanitario? 

Le diría que al final crear una startup es una cosa que te llena mucho pero qué es arriesgado. Y creo que hay que animar a la gente que lo haga, tanto en temas sanitarios como en cualquier otra cosa. No hay que conformarse.

“Se valora mucho a los futbolistas, se valora mucho a los actores, pero no se transmite que desde el emprendimiento de verdad se pueda cambiar el mundo” 

¿Cree que se anima poco a desarrollar nuevas tecnologías y no seguir investigando? 

Yo creo que sí, hace poco tiempo salió un estudio y me parece que el resultado era que el 60% de los graduados querían ser funcionarios. Ser funcionarios es algo bueno y necesario para un país pero no puede ser el principal objetivo de la gente. Algo estamos haciendo mal como país. Hay que animar a la gente a tomar riesgos y a mejorar el mundo. Eso es algo que solamente pasa aquí y es peligrosísimo. No pasa en Estados Unidos o en Gran Bretaña. Lo que hay que hacer es intentar mejorar el mundo y me da igual en qué ámbito. Hay que fomentar eso y sobre todo hay que fomentar que no hay que tener miedo a fallar. Hay una aversión al riesgo muy grande. 

¿Cree que se valora poco a la gente que está llevando a cabo este tipo de propuestas?

Creo que se valora poco a los empresarios y emprendedores. Se valora mucho a los futbolistas, se valora mucho a los actores, hay mucho ruido. Pero no da la sensación que desde el emprendimiento de verdad se pueda cambiar el mundo. Yo no creo que se esté animando a la gente a volverse loca y a crear cosas innovadoras. 

Su conclusión final es, ¿si fracasas continúa luchando? 

Por supuesto. No le tengas miedo al fracaso. Mira, nosotros empezamos con drones, no sé si es un fracaso, pero de los drones pensábamos ir a los aviones, luego pasamos a la alimentación con sistemas de desinfección para limpiar los cuchillos del jamón y ahora estamos luchando contra una pandemia. Hay mucha gente que lo ha conseguido que ha conseguido un nivel de producto y de empresa muy importante. Que son cosas útiles qué sirven para la sociedad.

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