España recibía en 2019 a las principales delegaciones del mundo. Las Naciones Unidas se reunieron para evaluar el progreso internacional en la lucha contra el cambio climático.
Los titulares estaban dominados por jóvenes que señalaban, con razón, que los gobiernos todavía no estaban haciendo lo suficiente. Exigieron medidas urgentes y ambiciosas para reducir las emisiones y ayudar a los más vulnerables.
En ese momento nadie hablaba del Covid-19 y pocos veían con optimismo los resultados de la reunión, pero con una enfermedad mortal que se ha extendido por todo el mundo, con más de medio millón de fallecidos y sociedades encerradas en sus casas durante meses, si se ha visto la posibilidad de trabajar en equipo, todos los países de la tierra, para hacer frente a un mal común.
Los principales investigadores y científicos internacionales han compartido a diario la importancia de reconocer que los desastres naturales no se pueden evitar, quizás limitar sus daños gracias al trabajo de prevención de los gobiernos, y cuando eso pasa, podemos hacer que los cambios sucedan rápidamente.
Tenemos que tener siempre presente la amenaza del cambio climático, como la principal amenaza a la que la humanidad se ha enfrentado, quizás no serán doce meses, pero el Covid-19 ha demostrado que cuando los países trabajan unidos, todo se puede conseguir.
Así lo piensan desde la Asociación NDC https://ndcpartnership.org/ donde más de 110 países y alrededor de 70 instituciones internacionales, trabajan juntas para impulsar la acción climática y el desarrollo sostenible a través de planes nacionales, y han visto con preocupación como las acciones para luchar contra la pandemia de COVID-19 obligaban a una reducción en los presupuestos asignados para alcanzar una recuperación verde.