La semana pasada Bélgica, Alemania, Luxemburgo y los Países Bajos sufrieron unas inundaciones catastróficas. Tras llover el agua equivalente a la que deben recibir en dos meses en dos días, la Organización Meteorológica Mundial habla de este como el último indicador de que los países deben actuar para contener estos desastres.
La OMM atribuye estos desastres naturales a la alteración de la atmósfera por las emisiones de gases de efecto invernadero. Las inundaciones han tenido como resultado más de un centenar de muertes confirmadas en Alemania y Bélgica y decenas de personas desaparecidas.
“En general, Europa está preparada, pero cuando se producen eventos extremos, como los que hemos visto (dos meses de lluvia en dos días), es muy, muy difícil afrontarlos”, sostuvo Clare Nullis, la portavoz de la OMMNullis, señalando que hay zonas de “total devastación” en Renania-Palatinado, un estado del suroeste de Alemania que hace frontera con Francia, Bélgica y Luxemburgo, tal y como ha publicado ONU Noticias.
Por su parte, el Secretario General de la ONU manifestó su tristeza por la pérdida de vidas y afirmó que desde la organización están listos para contribuir a los esfuerzos del rescate.
Además de estas inundaciones también están transcurriendo otros sucesos relacionados con el cambio climático. En Escandinavia se están alcanzando temperaturas superiores a 25º grados, al igual que las que se han padecido en América del Norte.
“Necesitamos intensificar la acción climática, necesitamos intensificar el nivel de ambición; no estamos haciendo lo suficiente para mantenernos dentro de los objetivos del Acuerdo de París. Precisamos mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados, o incluso de 1,5°C por arriba de los niveles preindustriales para fines de este siglo”, concluyó Nullis.