La humanidad se está enfrentando a una situación sin precedentes. Millones de personas se han visto obligadas a confinarse en sus casas, cambiando su forma de trabajar, estudiar o de socializarse. Se asiste a clase a través de un ordenador, las reuniones de trabajo son a través de una cámara y las cervezas se toman por videollamada.
Nuestra forma de vivir y actuar cambió de un día para otro, sin previo aviso. Fue la Covid-19 la que transformó nuestra vida, pero no es lo único que ha cambiado. Los hospitales, ambulatorios y la forma de ejercer la medicina también se ha visto fuertemente afectada desde que entró el Coronavirus por sus puertas y decidió quedarse durante una larga temporada.
Dada la situación que se ha vivido en centros de salud y hospitales, muchos médicos se vieron obligados a tratar a sus pacientes de forma telemática. Es ahora, cuando los expertos se plantean si esta nueva forma de ejercer la medicina ha llegado para quedarse.
“La Telemedicina es el intercambio de información médica de un lugar a otro, usando las vías de comunicación electrónicas, para la salud y educación del paciente o el proveedor de los servicios sanitarios, y con el objetivo de mejorar la asistencia del paciente”, según la definición que hace la American Telemedicine Association acerca de una tecnología que está ayudando a conseguir una salud conectada. Dentro de esta “salud conectada” son muchos los dispositivos y aplicaciones que se utilizan.
Según el estudio SMARTer2030 elaborado por Accenture y GesI (Global e-Sustainability Initiative), en los próximos quince años estas nueva metodología podrá llegar a más de 1.600 millones de pacientes gracias a la innovación y el desarrollo tecnológico. De hecho, para luchar contra la actual pandemia el Gobierno también ha echado mano del mundo de las apps y la telemedicina. La aplicación “radar Covid” tiene como objetivo facilitar a los ciudadanos información sobre cuál es su situación ante el virus, saber si ha estado en contacto con algún positivo, etc.
Pero la telemedicina no son solo aplicaciones para los dispositivos móviles, también forman parte de esta las consultas telefónicas o por videoconferencia entre médico y paciente. La implantación estandarizada de este tipo de servicios consta de algunas ventajas respecto a la manera tradicional de ejercer la medicina.
No hay necesidad de desplazarse hasta la consulta médica por lo que para las personas de avanzada edad o algunos enfermos crónicos puede suponer un gran avance, ya que para muchos suelen tener dificultades para poder trasladarse. Aún así, hemos de ser conscientes de que estos pacientes tienen que tener los medios y los conocimientos para poder acceder a la consulta telefónica.
Para las zonas rurales, que no cuentan con una gran densidad de población, también puede ser una solución. Las personas que habitan estos entornos suelen tener muchos problemas para poder desplazarse a centros médicos con asistencia 24 horas, 7 días a la semana, ya que se encuentran ubicados en ciudades grandes o medianas. Aunque, para que esto sea posible estas zonas deberán disponer de una buena red móvil.
Además, podría ser una solución para descongestionar los sistemas sanitarios. Al liberal los sistemas presenciales y el tiempo que estos suponen, se podrá priorizar la atención tradicional para aquellos casos en los que sea realmente necesario que la atención sea presencial.