Se termina el GreenWashing, la Unión Europea ha decidido que deberá ser controlada la publicidad engañosa, también en términos de sostenibilidad ambiental. Al «greenwashing» o usar «claims» para dar una falsa apariencia de empresa comprometida con el medio ambiente, el final de 2021 será también su final.
Son muchas las empresas que han visto en la “sostenibilidad” una nueva oportunidad para mostrar su lado más social, aunque en muchas ocasiones, es solo eso, una fachada detrás de la que no hay nada que la sujete y que ahora desde las instituciones europeas han decidido que esos «engaños» no les salgan gratis.
La Unión Europea quiere que aquellas marcas que sacan pecho, sea sin medias tintas, que al lanzar un mensaje tengan presente la responsabilidad que lleva en sus palabras, y que deberán certificar la veracidad de los «claims» mediante el «Product Environmental Footprint» (PEF) que determina la veracidad de sus afirmaciones y que ha desarrollado la propia Unión Europea.
Se considera que actualmente las empresas están utilizando una media de 200 conceptos para hacer llegar a los consumidores su cuidado por el medio ambiente, y de la misma manera que en el pasado ya se limitó la publicidad sin control en os productos farmacéuticos, hoy le ha llegado también el control a los productos «sostenibles».
El futuro del Greenwashing
Las empresas no dejarán escapar la oportunidad de seguir haciendo creer al consumidor que se preocupan por el futuro de nuestro planeta, para los expertos el «greenwashing» seguirá existiendo, y serán las fuertes sanciones que ya están aplicando algunos gobiernos europeos, el única camino para que los consumidores no sean engañados.
Es importante mostrar la reciente sentencia de la petrolera Shell, que ha sido obligada a reducir sus emisiones de CO2 de forma demostrable en un 45% para 2030, tras una campaña donde aseguraba la empresa «que se comprometía a operar de forma más respetuosa con el medio ambiente»
Directores de Marketing y agencias ven con preocupación las nuevas limitaciones, frente a la alegría de las marcas responsables, que llevan ya años trabajando en esta línea de sostenibilidad
Las marcas socialmente responsables, que llevan años recorriendo este camino, celebran la decisión de la Unión Europea y esperan que sea un primer paso para otros territorios como Asia o Estados Unidos, donde la generación de ingresos es su principal preocupación, muy alejados del movimiento que la Unión Europea quiere liderar.