Posición de España en el ranking de ODS
España se encuentra en el puesto 22 de 34 en el ranking de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En este contexto, las empresas tienen un papel fundamental en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta nuestro planeta.
De acuerdo con el último informe de la red EIONET, que forma parte de la Agencia Europea del Medioambiente, España ocupa esa posición intermedia en el cumplimiento de los ODS. Esta clasificación es liderada por países nórdicos como Finlandia, Suecia y Dinamarca, mientras que España comparte su lugar con naciones como Italia y Portugal.
Reflexiones sobre el avance empresarial
Alberto Zamora, CEO de osapiens, resalta que esta situación refleja un avance en algunos aspectos, pero aún queda un largo camino por recorrer. “Aunque estamos realizando esfuerzos significativos para abordar los retos de sostenibilidad, las empresas deben intensificar sus acciones”, señala.
Zamora aclara que “los ODS nos marcan las metas a alcanzar, mientras que los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) nos indican cómo lograrlo. Es esencial que tanto el sector público como el privado se comprometan de manera continua y sólida. Además, se requieren políticas y normativas efectivas que faciliten el avance hacia estos objetivos”.
Cinco hitos para mejorar el desempeño sostenible de las empresas
El reciente estudio del Pacto Mundial de la ONU en España subraya que las empresas deben acelerar sus acciones para alcanzar los ODS. Aunque un 81% de los líderes empresariales creen que sus organizaciones están contribuyendo adecuadamente, solo el 48% considera que el sector privado en general está haciendo lo suficiente.
Los principales desafíos que las empresas deben abordar, según osapiens, son:
- Aumentar la transparencia y la divulgación de información ESG. Tanto los inversores como los consumidores están cada vez más interesados en estos datos. Para ello, las empresas tendrán que reunir, analizar y reportar grandes volúmenes de información.
- Inversión en tecnologías sostenibles. Es crucial que las organizaciones adopten tecnologías que faciliten el cumplimiento de normativas ESG y que demuestren su sostenibilidad en toda la cadena de valor.
- Integrar los criterios ESG en la toma de decisiones. Esto requiere un cambio cultural y estratégico auténtico dentro de las organizaciones, donde todos los niveles de la empresa estén comprometidos con la sostenibilidad.
- Medición y seguimiento. Las empresas necesitan evaluar y reportar su progreso hacia los ODS, utilizando los criterios ESG como referencia. Esto implica la recopilación de datos, el seguimiento de su rendimiento y la divulgación de resultados.
- Cumplimiento de normativas. Las regulaciones europeas, como la CSDDD (Directiva sobre diligencia debida de las empresas en sostenibilidad), la CSDR (Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad) y la EUDR (Directiva sobre Productos Libres de Deforestación), imponen una presión creciente para que las empresas cumplan con normas de sostenibilidad.
El papel del sector privado en la Agenda 2030
Los objetivos relacionados con el cambio climático, la justicia social, la salud, la educación, la igualdad de género, la desigualdad económica, la innovación y el consumo sostenible son retos que afectan no solo al sector público, sino también a las empresas privadas, organizaciones sin ánimo de lucro y a la ciudadanía en general. El papel del sector privado es crucial para materializar la Agenda 2030.
Para alinear sus objetivos comerciales con las necesidades de sostenibilidad, las empresas deben adoptar soluciones tecnológicas que les permitan recopilar y analizar toda la información sobre sus acciones en sostenibilidad. Esto les permitirá transformar los datos en mejoras para todos sus procesos, buscando ser más sostenibles desde las dimensiones ambiental, social y económica.
Oportunidades en el camino hacia la sostenibilidad
En resumen, aunque España ocupa una posición intermedia en el cumplimiento de los ODS, las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de desempeñar un papel proactivo en la solución de los desafíos globales. La adopción de prácticas sostenibles no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede generar un valor significativo para las organizaciones, mejorando su reputación y su relación con los consumidores.
Las empresas que se adapten a estos desafíos y adopten un enfoque proactivo no solo contribuirán al bienestar del planeta, sino que también se posicionarán mejor en un mercado cada vez más consciente y exigente.