Hay mucho debate sobre la mejor manera de mejorar nuestro sistema alimentario, pero cuando se trata del desperdicio de alimentos, la mayoría de los actores comparten que es un problema real.
El desperdicio de alimentos está cuantificado en mil millones de euros en pérdidas cada año. El Covid-19 ha mostrado las deficiencias en la cadena de suministro y la necesaria aplicación de una metodología correcta, para que podamos aprovechar al máximo los alimentos que se producen, distribuyen y consumen en todo el mundo.
Las tecnologías de protección y preservación de los alimentos serán esenciales para resolver el problema del desperdicio de alimentos, según los informes de la consultora Lux Research.
A nivel de producción agroalimentaria, el informe identifica la necesidad de aplicar biopesticidas y fungicidas previos a la cosecha, y tras la recolección, el uso tratamientos ecológicos que permiten matar de forma segura los mohos y las toxinas, asegurando que los alimentos duren más y sean más seguros para los consumidores.
Extender la vida útil de los alimentos almacenados, permite maximizar la frescura y reducir el deterioro de los vegetales, frutas y hortalizas, gracias al uso de sensores que miden en tiempo real los principales parámetros. Nuevas tecnologías permiten el uso de ozono en los contenedores que se usan habitualmente en el transporte de alimentos por mar, favoreciendo la reducción de desechos.
El informe concluye que durante la fase de procesamiento de los alimentos, los conservantes sintéticos, los conservantes naturales, el golpe térmico y las nuevas tecnologías alternativas, tienen un papel clave en la reducción del desperdicio de alimentos.
El embalaje pasa a ser activo, desde los plásticos comestibles hasta el embalaje inteligente que libera vapores que pueden triplicar la vida útil de los alimentos.
A nivel de distribución y venta minorista, el monitoreo de la cadena de frío, la gestión de la cadena de suministro y las herramientas de cocina inteligente son especialmente prometedoras. Los restaurantes ya pueden medir con mayor precisión el desperdicio de alimentos y optimizar sus pedidos de ingredientes de los proveedores. Las empresas pueden administrar el inventario no vendido y aplicar ventas flash con descuento. El uso de IA aplicada a las imágenes, permite a los distribuidores conocer la vida útil final en función del análisis del color de la fruta.
Electrodomésticos inteligentes que ayudan a que los alimentos duren más tiempo en nuestro hogar, o informan cuándo los alimentos se están acercando a la expiración, permiten adaptar el menú diario para evitar la generación de desperdicios.
