La industria electrointensiva frente a una transformación energética sin precedentes
La lucha contra el cambio climático obligó a las grandes industrias a repensar por completo su modelo energético. En especial, aquellas que demandan gran cantidad de electricidad, como la siderurgia, el papel, la química o los centros de datos. Estas compañías tuvieron que enfrentar un doble desafío: reducir sus emisiones contaminantes y, al mismo tiempo, mantener su competitividad en un mercado global cada vez más exigente.
El proceso de electrificación industrial se volvió fundamental para avanzar en esa dirección. Tecnologías como las bombas de calor, hornos eléctricos, almacenamiento energético con baterías y sistemas de autoconsumo ganaron protagonismo en los últimos años. Sin embargo, este cambio trajo consigo nuevos retos, especialmente por la volatilidad de los precios eléctricos y la necesidad de garantizar suministro fiable y a buen coste.
Prever el futuro: un paso clave para reducir riesgos
En ese contexto, las previsiones de precios energéticos se consolidaron como herramientas estratégicas. AleaSoft Energy Forecasting, especializada en este tipo de análisis, destacó la importancia de contar con estimaciones de precios a corto, medio y largo plazo. Cada horizonte temporal ofrecía ventajas distintas.
A corto plazo, permitía ajustar la producción, gestionar consumos o activar baterías. A medio plazo, facilitaba la planificación financiera, compras anticipadas o coberturas. Y a largo plazo, servía para evaluar inversiones, firmar contratos PPA y dimensionar infraestructuras energéticas.
Estas simulaciones también ayudaban a reducir la exposición al riesgo en escenarios de precios extremos o negativos, algo cada vez más frecuente por el crecimiento de las renovables y la inestabilidad geopolítica.
PPA: energía renovable a precio predecible
En medio de la incertidumbre, muchas industrias apostaron por los PPA (Power Purchase Agreements), contratos a largo plazo para adquirir electricidad de origen renovable a precios pactados. Esta herramienta ofrecía estabilidad financiera y visibilidad de costes durante años.
Además, los PPA contribuían al cumplimiento de objetivos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), mejorando la imagen corporativa ante inversores y clientes. Para firmar estos contratos en condiciones ventajosas, las previsiones robustas de precios eran indispensables.
A finales de 2024, los precios de los PPA se encontraban especialmente bajos, lo que representaba una oportunidad única para cerrar acuerdos a largo plazo. La estrategia más eficaz, según AleaSoft, era combinar los PPA con otras herramientas como coberturas en mercados de futuros, autoconsumo y compras en el mercado spot.
Baterías: ahorro, flexibilidad y respaldo operativo
Otro pilar en la transición energética fue la incorporación de sistemas de almacenamiento con baterías. Estos equipos permitían almacenar energía en horas de bajo coste y utilizarla cuando el precio subía, generando un importante ahorro económico.
Además, las baterías ofrecían respaldo ante fallos eléctricos, mejoraban la calidad del suministro y permitían participar en mercados de servicios de ajuste, generando ingresos adicionales. Su despliegue se vio favorecido por la reducción de costes tecnológicos y nuevos marcos regulatorios.
El uso combinado de baterías con autoconsumo o contratos PPA también ayudó a optimizar el uso de energía renovable y a minimizar desvíos, haciendo el sistema más eficiente.
Flexibilidad de la demanda: un activo emergente
Más allá de la generación o el almacenamiento, la gestión flexible de la demanda se consolidó como un activo de alto valor. Las industrias comenzaron a adaptar su consumo eléctrico en función del mercado, lo que les permitió participar en servicios de ajuste o respuesta a la demanda, contribuyendo a la estabilidad de la red eléctrica.
Este modelo, que ya se estaba aplicando en países europeos como Alemania o Francia, ganaba terreno gracias a nuevas normativas que abrían el mercado a la demanda agregada. Así, grupos de consumidores podían actuar como si fueran una planta generadora más, ofertando reducción de consumo en momentos clave.
La digitalización, el monitoreo en tiempo real y las herramientas de simulación fueron claves para implementar esta estrategia sin afectar la productividad.
Una estrategia energética integral para la industria del futuro
Frente al nuevo paradigma eléctrico, las grandes industrias no podían improvisar. La descarbonización requería una estrategia energética integrada, basada en previsiones de precios, contratos PPA, almacenamiento y demanda flexible.
Esta combinación permitía reducir costes, aumentar la resiliencia y avanzar hacia un modelo industrial más sostenible, adaptado a los desafíos actuales y futuros del sistema energético.
AleaSoft: visión y datos para decisiones estratégicas
Desde 2019, AleaSoft ha venido acompañando a los grandes consumidores eléctricos con informes especializados, estudios de viabilidad y simulaciones técnicas, adaptadas a las necesidades específicas de cada industria.
En particular, su equipo desarrolló análisis para optimizar proyectos de hibridación con baterías, integrando autoconsumo, cogeneración y gestión de la demanda en entornos industriales complejos.
Planificar hoy para competir mañana se convirtió en la consigna para una industria que busca seguir creciendo sin renunciar a su compromiso con el planeta.