Cada año queda marcado por la historia que ha dominado las portadas de los periódicos. Si 2020 ha sido el año de la pandemia, en 2018 el acoso a las mujeres y el grito de libertad con #timesup y #metoo movilizaron consciencias, pero ese año hubo otro movimiento que también acaparó la atención pública. Ralph Haupter, presidente de Microsoft Asia, dijo en enero: «Estamos en la cúspide de una nueva revolución, una que finalmente transformará cada organización, cada industria y cada servicio público en todo el mundo». 2018 también fue el año de la Inteligencia Artificial.
Pero lo importante para la sociedad no son títulos con los que recordar las fechas, son avances que permitan que las personas puedan vivir mejor, y en este punto es donde los especialistas analizan la posibilidad de aplicar los avances tecnológicos para mejorar la vida de las mujeres en este planeta.
Son muchas las instituciones que creen que la Inteligencia Artificial permitirá acelerar el impacto social, y este cambio no podía haber llegado en mejor momento, cuando un informe reciente de la ONU determinó que el 35 por ciento de las mujeres han experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida. La Inteligencia Artificial podrá reducir la violencia doméstica y ayudar a detectar el abuso sexual.
Se han implementado plataformas online, donde las mujeres hablan directamente con una “máquina” para evitar el contacto con humanos, que muchas veces les causaba cierto reparo. Una de ellas ha sido en Johannesburgo, Sudáfrica, al contar con una alta tasa de abusos contra las mujeres. Las víctimas se sentían más cómodas al estar frente a una máquina, por su carácter de imparcialidad y falta de prejuicios. En solo unas pocas semanas desde su lanzamiento, el proyecto rAInbow ayudó a más de 50.000 mujeres sudafricanas afectadas por la violencia doméstica.