Hoy es el Día Mundial de Lucha contra de la la Desertificación y la Sequía. Con este motivo Greenpeace y el Observatorio Ciudadano de la Sequía se han unido para advertir de los efectos del cambio climático sobre la sequía y de desertificación.
Como reconoce el informe Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España (2021), elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se espera, por un lado, un aumento generalizado en la intensidad y magnitud de las sequías meteorológicas e hidrológicas bajo escenarios de cambio climático. Y, por otro, una creciente aridez y un aumento del riesgo de desertificación. Dos fenómenos diferentes con capacidad de generar importantes efectos adversos que se agravarán en un futuro cercano como consecuencia del cambio climático y de la persistencia de un modelo de gestión insostenible de los recursos suelo y agua.
Los datos y previsiones globales y regionalizados sobre los efectos del cambio climático en España son claros:
Durante la segunda mitad del siglo XX se ha detectado ya una reducción de entre 10 y 20 % de los recursos hídricos disponibles en muchas cuencas de la Península Ibérica. Las estimaciones de reducción de escorrentía superficial, para el siglo XXI siguen también en descenso.
Aumento de las temperaturas y desertificación
La temperatura media del mar Mediterráneo se calienta entre dos y tres veces más que el conjunto de los océanos en el ámbito global. Su temperatura es ya 1,5ºC superior a los niveles preindustriales y las previsiones son aún más pesimistas: para el año 2040 se estima que el aumento de la temperatura se situará en 2,2ºC y para el 2100 en 3,8ºC.
Los datos de la AEMET revelan una clara tendencia desde 1971 a temperaturas más extremas. Considerando la exposición a “exceso de calor” y “calor moderado” en España, se estima que la mortalidad ligada a estas causas oscilará entre 10.000 y 43.000 fallecimientos anuales a lo largo del siglo XXI.
La Agencia Europea de Medio Ambiente sitúa a España como uno de los países de la Unión Europea con mayor riesgo de incendios.
Aproximadamente 32 millones de personas ya se han visto afectadas por el cambio climático en España, según los datos aportados por el Ministerio de Transición Energética y Reto Demográfico.
Actualmente el agua embalsada en España es del 58,34 %, estamos por debajo de los niveles del año 2019, año de la última sequía.
En la actualidad, con más del 75% del territorio español en riesgo de desertificación y el 70% de las demarcaciones hidrográficas españolas con niveles de estrés hídrico alto o severo, “resulta urgente realizar una transformación profunda de las estrategias de gestión del agua y de los modelos de ocupación del suelo, así como de los riesgos asociados a ellos, de forma que prime el principio de precaución y se impulsen políticas integradoras de adaptación y de ordenación del territorio, que superen intereses sectoriales y visiones cortoplacistas”, afirma Jesús Vargas de la Universidad Pablo de Olavide.
Fuente: Greenpeace