A día de hoy la economía azul tiene una gran relación con la economía verde, aunque esto no era así en los orígenes del término. La Unión Europea la define como «la economía que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento«. Es decir, entiende los océanos como una fuente de recursos indispensables y pretende hacer un uso del mar sostenible y rentable.
La economía azul genera unos 5,4 millones de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de 500.000 millones de euros al año a la producción económica según cifras dadas por la Comisión Europea. Aún así, los mares siguen teniendo grandes problemas de contaminación. Según un artículo publicado por el National Geographic mil millones de objetos plásticos fueron a parar al mar en 2020, lo que supone un riesgo para el mantenimiento de los ecosistemas marítimos.
Aprovechar los recursos que nos otorgan los océanos es fundamental para mantener una economía sostenible a lo largo de las décadas. En Europa han sido conscientes de la importancia de aprovechar la energía que se puede generar gracias a las mareas y ha invertido 26.000 millones de euros en instalar nuevos parques eólicos marinos.
Origen de la Economía Azul
El concepto de economía azul nace en la década de los 90 planteado por el economista belga Gunter Pauli, creador de Ecover. El empresario entiende que las empresas deben funcionar como ecosistemas naturales para ser eficientes en la producción, sin suponer un gasto enorme para las empresas.
La idea principal que sustenta la economía azul es que las empresas sean eficientes a la hora de producir bienes y servicios. Esta forma de economía busca sacar el máximo partido a los recursos disponibles, sin olvidar que los residuos han de ser aprovechados.
El creador del planteamiento propone como solución a los problemas medioambientales satisfacer la demanda local con productos locales. Una idea fundamental para entender el concepto es que hay que utilizar un sistema de trabajo que imite el de la naturaleza. Así, debemos utilizar los recursos que nos ofrece el medio más cercano y utilizar las formas de transporte más respetuosa que tengamos al alcance.
El concepto de residuo adquiere un papel fundamental para poder entender este tipo de economía. Los residuos dejan de ser basura para convertirse en recursos. Utilizando este tipo de cadena valor todo podría volver a incorporarse al ciclo de producción.