La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados. Lo que parecía cosa del cine de ciencia ficción cada vez está más implantado dentro del mundo de la medicina gracias a la inteligencia artificial. La robótica unida a estudios realizados en diferentes áreas ha conseguido crear diferentes tipos de robots que pueden tener efectos beneficiosos sociológicamente, psicológicamente y afectivamente. Así, surgen los robots terapéuticos.
La roboterapia sienta sus bases en hacer que las personas que interactúan con los robots sientan los mismos beneficios que al interactuar con animales o personas. Este tipo de terapias resultan efectivas en pacientes psiquiátricos, geriátricos o con necesidades especiales.
Las funciones principales que pretenden cumplir este tipo de robots es ayudar a los pacientes a sentir placer y relajarse. Las formas que suelen adquirir son la de animales. Estos pueden ser perros o gatos, como si fueran mascotas, cachorros de focas o animales imaginarios, con la intención de otorgar tranquilidad al enfermo y que se sienta arropado.
Los robots actúan de tal forma que pareciera que tienen sentimientos e interactúan con el entorno. Estos amigos tan peculiares funcionan utilizando tres elementos propios de su sistema de sensores; visual, auditivo y táctil, con el que pueden incluso detectar el tacto con el que se le está acariciando; trabaja con la información que recibe del exterior y tienen su propio ritmo diurno, para regular sus actividades durante la interacción con los pacientes.
Este tipo de robots han sido utilizados en residencias de ancianos con problemas como demencia o alzheimer dando muy buenos resultados, ya que se ha demostrado que para este tipo de personas resulta reconfortante sentir el ronroneo, aunque sea de un gato robótico o el ladrido de un perro de este tipo. La gran ventaja con la que cuentan este tipo de robots frente a los animales de carne y hueso, es que no necesitan de cuidados, por lo que para las personas que sufren de demencia o tienen problemas de movilidad son una solución para afrontar la soledad con la que muchos combaten día a día.
En algunos países como Japón estos robots son utilizados como si fueran mascotas y no como una forma de terapia.
Pero este tipo de robots de compañía no son los únicos que se emplean para ayudar a personas con problemas, también los hay con una forma más humana. La compañía francesa Aldebaran sacó al mercado un robot con forma humanoide bautizado como Nao. Este robot mide 58 centímetros y está provisto de sensores táctiles. Gracias a estos es capaz de reconocer voces, objetos y caras y de interactuar con humanos mediante un sistema de inteligencia artificial. Este robot ha resultado ser de gran ayuda para niños que padecen autismo ya que su estructura es más parecida a la humana y sus comportamientos simples aportan confianza a los niños.