Muy pocas marcas fabrican sus productos de forma artesanal. Es prácticamente imposible encontrar una bufanda o una manta fabricada a mano, pero aún quedan empresas que utilizan este tipo de técnicas para crear sus productos. Este el caso de Teixidors, todas sus prendas llevan la etiqueta “handmade”.
La empresa fundada en 1983 nació como una entidad social para lograr la integración y la independencia económica con diversidad funcional. Al que posteriormente se sumó otro proyecto, el de elaborar productos únicos que fueran respetuosos con el medioambiente.
A la etiqueta “handmade”, se le puede sumar también la “eco”. Su formas de producción son completamente sostenibles porque todas las prendas se elaboran en telares con materiales como lino, seda o cashmere y sus colecciones están inspirados en los colores propios de la tierra.
Materiales
La lana es la estrella de sus colecciones. Trabajan con la colaboración de Maco Merinos, una empresa de proximidad, que respeta “todos los estándares de sostenibilidad desde el nacimiento de la oveja a la comercialización de la pieza para su comercialización”. Los productos no están tratados con ningún tipo de tinte sintético, el color base es el de la propia lana.
Además de con lana también trabajan con seda de bourrette, un hilo que se puede considerar reciclado de la hilatura de seda continua. Este tipo de materia se mezcla con lana o el lino para suavizar las prendas, que normalmente son ropa de cama o toallas.
La materia prima menos común con la que trabajan es con los tejidos de yak, con los que se tejen chales y plaids mezclado con lana. Este tejido nace de la colaboración con una cooperativa de ganaderos nómadas de las montañas de Khangai en Mongolia: “Un proyecto de Veterinarios sin fronteras que pretende reintroducir el yak en los rebaños tradicionales de la región para gestionar los pastos de forma sostenible y asegurar el futuro de los miembros de la cooperativa”, explican desde la web de la empresa.
El Proyecto
Desde Teixidors ven la sostenibilidad como “un concepto global en el que van incluidas cuestiones sociales como la integración de las personas o la apuesta por un consumo responsable”.
El tejido manual necesita de especialización ya que es una técnica muy compleja. En la empresa se encargan de la profesionalización de sus empleados, dándoles la oportunidad de obtener una profesión. Para realizar estas piezas es necesario conocer a la perfección el uso del telar para adaptarlo a cada pieza.
Por otro lado, hay un equipo de técnicos que trabajan para encontrar materias naturales que puedan utilizarse en el telar y desarrollar diferentes tipos de texturas.
