Unilever es una de las multinacional más grandes del mundo. Marcas como Axe, Dove o Cif pertenecen a este conglomerado. Todos estos productos se pueden adquirir en cualquier supermercado, pero, ¿sabemos realmente si son perjudiciales para el medioambiente?
Unilever es una de los grandes grupos más concienciados con el medioambiente. Hace ya más de diez años que lanzó su programa “Plan Unilever para una Vida Sostenible” , que nació con el objetivo de convertirse en líderes en sostenibilidad. Desde el grupo creen que tener una serie de objetivos marcados para avanzar es imprescindible “las marcas con propósito crecen; las empresas con propósitos perduran; y las personas con un propósito prosperan”, aseguran desde Unilever. Con esta estrategia han conseguido diferentes objetivos como la reducción de gases de efecto invernadero, la implantación de programas de salud e higiene, la reducción de sal y azúcar en algunos de sus alimentos y la reducción del uso de plástico.
Alan Jope, consejero delegado de la compañía, recordó en un encuentro online que más de 700 millones de personas viven en una situación de pobreza extrema y que aumentará por la pandemia. Aún así advirtió de que la Covid-19 no es la única preocupación que se ha de tener. “La crisis climática corre el riesgo de agravar, más si cabe, esta situación con cientos de millones de afectados más. Empresas de todos los sectores, gobiernos de todos los continentes, ONG, académicos, investigadores, científicos; todos debemos unirnos. No podemos poner la acción climática a la espera. No podemos pedir a las personas que viven en la pobreza que esperen. Este año se gastarán grandes cantidades de dinero público para reflotar la economía, pero no deberíamos buscar que la economía vuelva a la normalidad; debemos emerger más fuertes y resistentes que antes para tomar decisiones definitivas para proteger a las personas y al planeta”.
Alrededor de esta filosofía gira todo el Grupo Unilever, que ha destinado 100 millones de euros a paliar los efectos de la pandemia en los más desfavorecidos. Desde la empresa están involucrados en diferentes ámbitos.
Desde la empresa optan por las energías renovables en todos sus procedimientos. Desde que comenzó el programa hace diez años han reducido en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero derivados de la fabricación, y la obtención del 100% de la electricidad a través de redes renovables.
También están buscando nuevos ingredientes bajos en carbono, reformulan sus productos para encontrar alternativas vegetales. Así, poco a poco van incluyendo alimentos veganos y productos de limpieza sin combustibles fósiles en sus marcas. Se han marcado como objetivo conseguir llegar a la emisión cero en 2039, 11 años antes de lo establecido en el Acuerdo Internacional de París.
Otro de los objetivos es transformar su cadena de suministros eliminando la deforestación a los años vista. Para ello cuentan con un fondo de 1.000 millones de euros para que las marcas puedan llevar a cabo sus objetivos sobre el clima y la naturaleza a la vez que se invierte en innovación y tecnología. Desde Unilever están buscando nuevos principios de agricultura regenerativa.
Aún así, la estrategia principal del grupo es la transición hacia una economía circular. Ya han conseguido la reducción en un 32% de la huella total de desechos y la eliminación total de los desechos de todas las fábricas del grupo que acaban en vertederos.
